INTRODUCCIÓN
El cuidado y
la preservación del ambiente son, desde hace décadas, especialmente desde los
años cincuenta y sesenta, temas de especial importancia para la humanidad.
Libros y artículos que comenzaron a quebrar paradigmas, tales como La primavera
silenciosa, de Rachel Carson (Carson, 1962) y La tragedia de los espacios
colectivos, de Garrett Hardin (Hardin, 1968), motivaron a los países y a la
comunidad mundial a entrar en acción. Una serie de catástrofes aumentó el
interés por el ambiente; entre ellas se destacaron las deformidades congénitas
en bebés causadas por la talidomida, el derrame de petróleo del Torrey Canyon a
lo largo de la pintoresca costa norte de Francia y la declaración de
científicos suecos de que la muerte de miles de peces y otros organismos en los
lagos de su país era resultado del largo alcance de la contaminación
atmosférica en Europa Occidental. (Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente, PNUMA, Integración del medio ambiente y el desarrollo, 1972-
2002). En las décadas posteriores a los cincuenta y los sesenta, hasta la caída
del muro de Berlín, la atención sobre el ambiente se centró específicamente en
la flora y la fauna y eran más una preocupación “occidental” que global como
consecuencia de la Guerra Fría que tenía polarizada a la humanidad en dos
bloques muy claramente definidos: oriental y occidental. A mediados de los
ochenta surgió el concepto de desarrollo sostenible 1 (basado en una actividad
Además de
nuevos descubrimientos, los años ochenta también presenciaron una variada gama
de eventos catastróficos que dejaron una marca permanente tanto en el medio
ambiente como en la comprensión de su relación con la salud humana. En 1984, el
derrame en una planta Union Carbide dejó un saldo de 3 000 muertos y 20 000
heridos en Bophal, India (Diamond, 1985). En ese mismo año, casi un millón de
personas murieron de inanición en Etiopía. En 1986 tuvo lugar el peor accidente
nuclear del mundo cuando explotó un reactor en la planta nuclear de Chernóbil
en la República de Ucrania. (PNUMA, Integración del medio ambiente y el
desarrollo, 1972-2002). Según el mismo PNUMA, los años noventa se
caracterizaron por la búsqueda de un mayor entendimiento del concepto y la
importancia del desarrollo sostenible, que se complementó con las tendencias
cada vez más veloces hacia la globalización, sobre todo en lo referente al
comercio y la tecnología. Pero en la actualidad los temas de protección y
conservación de los recursos naturales y del ambiente se han convertido en una
prioridad. Su constante degradación ha llevado a los gobiernos y demás
organizaciones a nivel mundial, a establecer políticas y parámetros de
conservación y preservación de los recursos naturales. A través de normatividad
se ha pretendido la adopción de mecanismos por parte de todos los países, sobre
todo los más contaminantes, con el fin de lograr frenar los principales factores
que afectan el ambiente como el calentamiento global, la caza indiscriminada,
escasez de alimentos y de agua, etc.
I.
CONTROL FISCAL 13 Como se ha mencionado, la Constitución Política
colombiana de 1991 hizo especial énfasis en la protección de los recursos
naturales y del ambiente; a través de todo su articulado ha dejado manifiesto
su interés en que este trascendente tema no se quede sin regulación y, lo más
importante, sin protección. Desde su promulgación en 1991 se ha denominado a
nuestra Carta actual como la Constitución ecológica5 , en la medida en que
elevó a norma constitucional la consideración, el cuidado, el manejo y la
conservación de los recursos naturales y el medio ambiente, factores que han
obligado a que la protección de los recursos naturales en Colombia sea
prioritaria debido al creciente deterioro de los mismos. Vemos, entonces, cómo
este no es un tema ajeno, sino que hace parte del quehacer diario de todas y de
cada una de las comunidades del país, ya que todos nos vemos afectados de una
manera u otra, por lo que es necesaria la intervención inmediata de cada uno de
los organismos que conforman el territorio nacional. Una forma de garantizar
eficazmente la protección de los recursos naturales y el medio ambiente es a
través de la vigilancia y el seguimiento a la gestión ambiental realizada por
las entidades públicas, tanto del orden nacional como del territorial.
II.
ANTECEDENTES DEL CONTROL FISCAL En la medida en que lo planteado
en esta tesis de investigación es si el control fiscal ambiental ha tenido un
impacto en la protección y conservación de los recursos naturales y el
ambiente, a través de una eficaz vigilancia de la gestión fiscal de las
entidades encargadas del manejo de los recursos ambientales, es necesario el
estudio de la historia del control fiscal en nuestro país, con el objeto de
enmarcar el tema para que a partir de lo general se puedan llegar a establecer
conclusiones concretas con respecto al problema jurídico planteado en el
presente estudio. La creación de la Contraloría General de la República tuvo
lugar durante la presidencia de Pedro Nel Ospina, mediante la Ley 42 expedida
el 19 de julio de 1923, ley que establecía normas sobre “organización de la
contabilidad oficial y creación del Departamento de Contraloría” (Contraloría
de Colombia). La Contraloría hizo parte de una serie de recomendaciones de una
misión de expertos estadounidenses dirigida por el eminente economista Edwin
Walter Kemmerer, más conocida como la “misión Kemmerer”. 6 Sin embargo, no
podríamos decir que los antecedentes del control fiscal se remontan sólo a esta
época; por el contrario, desde los tiempos de la Colonia ya existía la
institución del tribunal de cuentas que perduró incluso una vez consolidada la
Conquista, convirtiéndose en una importante institución dentro de la
organización administrativa establecida por el Estado español dentro de las
colonias americanas7 .
III.
Objeto del control fiscal El artículo 267 de la Constitución
Política hace también un esbozo de la finalidad del control fiscal, consagrando
que el mismo está establecido para vigilar la gestión fiscal de la
administración o de los particulares o entidades que manejen fondos o bienes de
la Nación. Así, el objeto general del control fiscal es la protección del
patrimonio público a través de la vigilancia de la gestión fiscal de quienes lo
tienen a cargo. Esta finalidad debe ir de la mano de los principios que deben
guiar el control de la gestión fiscal, la eficiencia, economía, equidad y
valoración de los costos ambientales, principios que se encuentran consagrados
en el artículo 267 de la Constitución Política y en la Ley 42 de 1993. Es
precisamente del último de ellos de donde se deriva uno de los más importantes
fundamentos del control fiscal ambiental: la valoración de los costos
ambientales, que se constituye como pieza fundamental tanto de la gestión como
del control fiscal y a la cual nos referiremos más adelante.
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